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Teaching Children to Cope With Anxiety

Dear CPI,

My 9-year-old daughter is sweet and kind, does well in school, and doesn’t have any major behavior issues. Our problem is that everything makes her anxious and nervous. She gets really worried that something will go wrong, she’s forgotten something, or she’s going to make a mistake (and fail). She gets so upset that she can’t think straight. I tell her everything will be fine, but that seems to make her more upset. I’m worried this will get worse as she gets older and faces more pressure.  What should I do?

-          Daniel

Dear Daniel,

You’re on the right track by taking your daughter’s emotions seriously. Anxiety is a natural reaction to anything the brain sees as a “threat,” including stress at home, school, with friends or in the community. Signs of anxiety can include a faster heartbeat and breathing, sweaty palms, tense muscles, light-headedness or an upset stomach. These physical reactions can make us more alert and prepared to do our best in situations like tests or sports. However, they can also be frightening for some children, especially if they experience frequent or intense anxiety. It can lead children to believe that something is wrong with them or something bad will happen. If left alone, these thoughts and feelings can become overwhelming and interfere with daily life. Here are some tips to help your family:

Acknowledge and empathize with your child’s feelings. When children become upset, their “emotional brains” take over, making it hard for them to see the situation and options clearly. Many parents try to reassure their children that everything will be fine, solve the problem or tell them the situation is not really a big problem. While the parents might be right, children are more likely to believe these words once their fears have been acknowledged as real to them. A simple statement such as, “I can see you’re really worried,” or, “I’ve felt that way before,” can have a calming effect.

Ask questions and listen. Try to find out whether something happened recently that caused her to become anxious or nervous. Then ask a few questions to encourage her to express her thoughts and feelings. Listen and continue to acknowledge her feelings, even if you don’t understand or agree with how she views the situation.

Guide your child through problem-solving steps. Help her define the problem or concern, then brainstorm possible ways to handle it. Encourage her to come up with ideas first before offering suggestions. Talk about the pros and cons of each idea, then help her decide which one to try. Have her practice what she’ll say or do to build her confidence in her ability to handle the situation. After she tries her solution, talk about how it worked and what she would do the next time something similar happens. Over time, this process will help your daughter learn ways to handle stress and anxiety before it becomes overwhelming.

Stay calm and patient. Helping children deal with anxiety can add more stress to a family. Use coping strategies yourself, like taking deep breaths, saying positive affirmations, or taking a break. It will help you stay calm and patient, while also modeling healthy coping strategies.

FINAL THOUGHTS: Stress and anxiety are unavoidable parts of everyday life, but they don’t have to take over our lives. Learning to cope with anxiety in childhood is an important life skill that can be developed with time and practice.

CPI's monthly parenting article provides tips for families raising children, based on the world-renowned Triple P – Positive Parenting Program, available in Sonoma County at CPI. If you have a question or idea for a future column, please email anneb@calparents.org

This article is created by Nicole Young, the mother of two children, ages 17 and 21, who also manages Santa Cruz County's Triple P - Positive Parenting Program. Scientifically proven, Triple P is available locally through the Child Parent Institute. Our classes are listed at calparents.org/classes.


EN ESPANOL


Estimada CPI,

Mi hija de 9 años es dulce y amable, va muy bien en la escuela y no tiene ningún problema mayor de comportamiento. Nuestro problema es que todo le causa ansiedad y nerviosismo. Ella se preocupa mucho de que algo vaya a salir mal, que se le olvide algo, o de que vaya a cometer un error (por ejemplo, reprobar). Mi hija se frustra de que no puede pensar claramente. Yo le digo que todo va a estar bien, pero parece que eso solo la frustra más. Me preocupa que esto empeore durante su crecimiento y cuando tenga que enfrentar más presión. ¿Qué puedo hacer?

-Daniel

Estimado Daniel,

Está en el camino correcto al tomar las emociones de su hija seriamente. La ansiedad es una reacción natural a todo lo que el cerebro percibe como “peligro,” incluyendo el estrés en casa, la escuela, con los amigos o en la comunidad. Algunas señales de ansiedad pueden incluir rápidos latidos de corazón y respiración rápida, palmas de la mano sudorosas, músculos tensos, mareos o dolor de estómago. Estas reacciones físicas nos alertan y preparan para hacer todo lo mejor posible en situaciones como exámenes o deportes. Sin embargo, estas señales también pueden ser intimidantes para algunos niños, especialmente si ellos experimentan ansiedad frecuente o intensa. Esto puede llevar a los niños a creer que algo está mal con ellos o que algo malo sucederá. Si no se pone atención a la situación, estos pensamientos y sentimientos pueden llegar a ser abrumadores e interferir con la vida diaria. Aquí hay algunas recomendaciones para ayudar a su familia:

Reconocer y comprender los sentimientos de su hijo. Cuando los niños se frustran, sus “cerebros emocionales” toman el control, haciendo más difícil para ellos el poder ver la situación y opciones claramente. Muchos padres intentan tranquilizar a sus hijos al decirles que todo va a estar bien, resuelven el problema o les dicen que la situación no es un gran problema. Mientras los padres pueden estar en lo correcto, es más probable que los niños crean estas palabras una vez que sus sentimientos hayan sido reconocidos como reales. Simples palabras como, “Puedo ver que estas muy preocupado,” o “Yo me he sentido de la misma manera antes,” pueden tener un efecto tranquilizante.

Hacer preguntas y escuchar. Intente descubrir si sucedió algo recientemente que pudo haber causado que su hija se sintiera ansiosa o nerviosa. Haga algunas cuantas preguntas para animarla a expresar sus pensamientos y sentimientos. Escuche y continúe reconociendo sus sentimientos, aunque usted no comprenda o este de acuerdo con la manera en que ella ve la situación.

Guíe a su hijo a través de los pasos para solucionar problemas. Ayude a su hija a definir el problema o la preocupación, y tengan una lluvia de ideas de posibles maneras de lidiar con el problema. Anime a su hija a pensar en ideas primero antes de ofrecer cualquier sugerencia. Hablen sobre los pros y los contras de cada idea, después ayúdela a decidir cual de las ideas intentar. Haga que su hija practique lo que va a decir o a hacer para desarrollar la confianza en su habilidad de lidiar con la situación. Después de que ella intente la solución elegida, hablen al respecto sobre como funcionó y lo que ella hará la próxima vez que algo similar ocurra. Con el tiempo, este proceso ayudará a su hija a aprender maneras de lidiar con el estrés y la ansiedad antes de que sea abrumador.

Mantener la calma y ser paciente. Ayudar a los niños a lidiar con la ansiedad puede incrementar el estrés familiar. Utilice estrategias de adaptación para sí mismo, como por ejemplo tomar respiraciones profundas, decir afirmaciones positivas, o tomar un descanso. Esto, le ayudará a mantener la calma y a ser paciente, al mismo tiempo que usted pondrá el ejemplo de estrategias de adaptación saludables.

REFLEXIONES FINALES: El estrés y la ansiedad son partes inevitables de la vida diaria, pero no tienen que tomar control de nuestras vidas. Aprender a cómo adaptarse a la ansiedad durante la infancia es una habilidad de vida importante que puede desarrollarse con tiempo y práctica.

El artículo mensual sobre crianza de CPI proporciona consejos para las familias que crían niños, basados ​​en el programa de crianza positiva Triple P de renombre mundial, disponible en el condado de Sonoma en CPI. Si tiene una pregunta o idea para una columna futura, envíe un correo electrónico a anneb@calparents.org

Este artículo fue creado por Nicole Young, madre de dos niños, de 17 y 21 años de edad, quien también administra el Programa de Paternidad Positiva Triple P del condado de Santa Cruz. Científicamente probado, Triple P está disponible localmente a través del Child Parent Institute. Nuestras clases se enumeran en calparents.org/classes.

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